25 nov 2008

Reflexiones sobre las luchas estudiantiles

Reflexiones sobre la direccion y los métodos de las lucha estudiantiles actuales en el estado español, especialmente dedicado a las últimas huelgas de estudiantes.

La huelga como método de lucha se basa, principalmente, en acabar con (o, al menos, reducir) los beneficios de la empresa, esto es algo evidente para la mayoría de modelos de huelga a seguir (brazos caidos, de celo o a la japonesa). Las huelgas estudiantiles entran, por tanto, en flagrante contradicción con su propósito principal, en tanto que los propios estudiantes son los principales perjudicados y no, como sería de esperar, la burocracia universitaria. Esto es más serio, si cabe, porque tampoco tienen la capacidad de influencia de una huelga de hambre, en las que la destrucción personal del afectado es una amenaza seria hacia aquellos responsables directos de su situación. Sí encontramos, sin embargo, una justificación a la convocatoria de huelgas estudiantiles en el plano espectacular: La intención, en el mundo de las imágenes, de generar un rechazo popular hacia los directores, decanos, rectores y ministros de educación (y más altos jerarcas) que desoyen la voz de los estudiantes. Es decir, los estudiantes pretenden influir en la imagen social de los burócratas con la intención de que estos, en un intento por mantener su posición social, escuchen sus protestas.

Hemos de reconocer que la idea no es del todo mala. Sin embargo, falla en varios aspectos. Por un lado, los estudiantes, que buscan colocar al burócrata entre la espada y la pared (o atiende a sus peticiones o degeneran su imagen pública), no lo colocan más que entre la espada y su propio ego. Así pues, le basta con reducir este para dejarle escapar íntegro (cosa facil para esta gente, políticos acostumbrados a regatear los ataques a su imagen pública). Debemos reconocer que esto es, quizá, consecuencia de nuestra debilidad a nivel contrainformativo (tanto a nivel de medios como a nivel de credibilidad en el cara a cara) pero no podemos más que aceptar las condiciones sociales en las que nos encontramos y trabajar sobre ellas. Por otro lado, esta justificación, por tanto, no resuelve la contradicción que nombrábamos en el párrafo anterior y demuestra que las luchas no atacan a la raíz del problema, sino a las ramas.

Consideramos estas huelgas algo legítimo, pero creemos que se quedan cortas, que están mal encaminadas si su propósito es conseguir una mayor influencia. Tenemos que solucionar la contradicción en la que caen las huelgas estudiantiles si queremos que estas sean funcionales. Si realmente queremos ganar esta lucha debemos buscar la raíz y atacar al punto más doloroso del sistema educativo: los beneficios de la administración.

¿Qué beneficios genera el sistema educativo?
1.Trabajadores. Con una característica básica: la sumisión a la corporación, tanto debido al aprendizaje de la legitimidad de la autoridad en la escuela como por culpa de la necesidad de un sueldo (y, por tanto, de un trabajo) con el que subsistir.

2.Dinero. En los acuerdos publicitarios con empresas, en las cafeterías...

Creemos que es fundamental abordar estos dos aspectos en las luchas estudiantiles si queremos realizar una presión real sobre las instituciones.

Para ello, proponemos nuestras alternativas, con la intención de que las asambleas recojan el testigo. Primero, educar en la libertad. “No hay otro aprendizaje que la práctica permamente de la subversión”. Proponemos generar en la escuela (colegios, institutos, universidades) una socialización del saber rebelde y subversivo que pueda servir para comenzar una revolución personal. Sacar el centro social de los espacios okupados y llevarlos a los lugares de educación sistémica, para cuestionarla. Crear grupos de lectura crítica, videoforums, charlas, debates... encaminados a dar a conocer la crítica al sistema y las alternativas libertarias a este. Introducir todo ello en un contexto espacial de educación en la sumisión a la autoridad, para destruirlo, para inutilizarlo como lugar de beneficio del sistema. Siempre encaminado hacia la creación de un aprendizaje autónomo futuro fuera de las instituciones.

También reducir los beneficios económicos de la universidad como, al menos, medida de presión. Comedores para la autogestión de la lucha que compitan con las cafeterías de los centros educativos, destrucción de carteles publicitarios consecuencia de acuerdos económicos de la institución, colaboración con los trabajadores de los centros para introducir la exigencia de mejoras laborales para estos, boikot y sabotaje de las instalaciones...

Dejamos el resto a la imaginación de los estudiantes.

Para acabar

Sabemos que todo esto no pasan de ser consejos puntuales para luchas determinadas, pero creiamos necesario expresarlos publicamente para incitar una reflexión en el seno de las luchas estudiantiles. Creemos necesario una mejora cualitativa (y no solo cuantitativa) en estas luchas. Esperamos que estas líneas puedan servir para mejorar la praxis de los que se rebelan desde dentro del sistema educativo.

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