Este año también, a partir del 1° de diciembre del 2008, se iniciará una huelga de hambre de presos para la abolición de la cadena perpetua (esta vez por turnos). Partiendo de nuevo de las experiencias de la lucha precedente queremos expresar algunas consideraciones.
En cuanto anarquistas no pretendemos reformar la cárcel, sino destruirla junto a la sociedad de la que es expresión, una sociedad basada en la explotación y que necesita la cárcel para garantizar su existencia. El mundo que auspiciamos, libre y antiautoritario, nada entiende de cárceles.
Durante años las luchas de los presos han sido desestructuradas a través del uso de un sistema de beneficios garantizado por la “ley Gozzini”, sin embargo desde hace un tiempo el Estado ha abandonado tales políticas de reapropiación de los conflictos potenciales para abrir una vía puramente represiva. Ha caído, desde hace tiempo, la máscara democrática de la cárcel como lugar de rehabilitación, es por esto también que quien eluda recorrer la vía reformista encontrará el camino cerrado.
La perspectiva de poder acabar en la cárcel está incluyendo una parte cada vez mayor de población excluida de las exigencias del capitalismo y por este motivo, las cárceles, aliviadas por el reciente indulto, se han saturado en poco tiempo de nuevo. Aumentan las muertes en las cárceles y recordamos además que siete presos con cadena perpetua, que habían participado en la precedente campaña “Mai dire mai”, han preferido quitarse la vida antes que sobrevivir en estas condiciones (en una carta al presidente de la República, estos presos junto a otros, habían pedido, a modo de provocación, la conmutación de la cadena perpetua en pena de muerte). Desde dentro de las cárceles llegan cada vez más noticias de agresiones, vejaciones y de la falta de las mínimas condiciones para poder vivir. Estas voces se quedan sin ser escuchadas en la indiferencia de una sociedad disgregada dominada por un delirio securitario.
Algunos presos se han dado cuenta que hace falta romper este silencio y actuar directamente contra los que han construido un mundo deshumano. A estos les daremos toda nuestra solidaridad y nuestro apoyo.
Consideramos que entre los objetivos de nuestra lucha está el de poner los directos responsables de la existencia de la cárcel delante de sus propias responsabilidades: directores, médicos, magistrados, carceleros, asistentes sociales y todos aquellos que se lucren y vivan gracias a la existencia de la cárcel. Pensamos que sea necesario barrer cualquier ilusión democrática, por esto criticamos el papel de todas aquellas asociaciones que buscan llevar al cauce institucional las luchas, reapropiándose de las tensiones que nacen dentro de las cárceles; porqué de hecho estas asociaciones están defendiendo y garantizando la existencia de la cárcel. Nos damos cuenta de las dificultades que tienen los presos para coordinar una lucha como esta, pero consideramos que una asociación externa como Pantagruel no pueda tomarse el derecho de dirigir una lucha de manera centralizada, decidiendo incluso el final de la huelga de hambre.
Uno de los límites de la lucha llevada a cabo el año pasado ha sido su carácter corporativista; consideramos que sea necesario ampliar el conflicto extendiéndolo a las luchas con reivindicaciones que impliquen también otros presos. De hecho algunos presos proponen, junto a la abolición de la cadena perpetua, luchar contra el diseño de la ley Berselli, contra la detención de niños, por la libertad inmediata de los que llevan presos más de 26 años, por la abolición de todo tipo de tortura, por la abolición del 41 bis (y sus restricciones), contra el E.I.V. (Elevado índice de vigilancia. Ndt), l’A.S. (Alta vigilancia. Ndt), el 14 bis y el 4bis.
Esperamos que este sea el primer paso de una lucha a amplio radio que implique cuanta más gente posible dentro y fuera de los muros de las cárceles.
Compagni e compagne presenti all'assemblea
Noticias relacionadas
No hay comentarios:
Publicar un comentario