Emile Pouget
En el campo de batalla del mercado de trabajo donde los beligerantes se atacan sin escrúpulos, falta mucho, como hemos comprobado, para que se presenten con armas iguales.
El capitalista opone una coraza de oro a los golpes de su adversario que, conociendo su inferioridad defensiva y ofensiva, trata de suplirla recurriendo a las astucias de la guerra. El obrero, impotente para atacar de frente a su enemigo, trata de cogerlo de flanco, atacándole en sus obras vivas: la caja de caudales.
Los proletarios pueden compararse a un pueblo que, queriendo resistir a la invasión extranjera y no sintiéndose con fuerzas para afrontar en una gran batalla al enemigo, se lanza a la guerra de emboscadas, de guerrillas. Lucha desesperante para los grandes cuerpos de ejército, lucha de tal suerte horripilante y criminal que, generalmente los invasores se niegan a reconocer a los guerrilleros el carácter de beligerantes.
Extraído del libro "El Sabotaje", Emile Pouget (1898)
http://reflexionrevuelta.wordpress.com/2010/03/08/emile-pouget-los-procedimientos-del-sabotaje/
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