13 mar 2010

Gráfica revolucionaria (I Parte).

Los dibujantes anarquistas en la Guerra Civil española.

Solidaridad Obrera (Centenario CNT).
La recámara
Durante el final del siglo XIX, junto con la penetración en España de las ideas anarquistas y la temática social, aparece en la pintura española la temática del anarquismo, la huelga revolucionaria o la detención del militante. Así lo vemos en los cuadros de Ramón Casas, López Mezquita, José Jiménez Aranda, Julio Romero de Torres, Vicente Cutanda, Antonio Fillol, Darío de Regoyos y Sorolla, entre otros Muchos de estos pintores son conservadores, no participan de las luchas sociales ni practican una gráfica militante, pero reflejan unas ideas muy arraigadas entre la clase obrera, un ambiente social y político. La gráfica militante anarquista se desarrolla en la prensa libertaria de finales ese siglo gracias a la iniciativa de los dibujantes, los ilustradores. Así se puede también‎ observar en las primeras publicaciones libertarias, anarquistas: El Condenado, La Revolución Social, Ravachol, La Autonomía, El Combate, etc . Muchos de los dibujantes de la prensa anarquista de entonces son obreros anónimos, no se trata de profesionales del
dibujo o de la pintura. Incluso, algunos de estos dibujos anónimos, se vendían litografiados, generalmente carteles, a través de anuncios en los periódicos. A partir de comienzos del siglo XX estas prácticas se generalizan y encontramos a estos dibujantes y obreros anónimos –refugiados bajo un seudónimo– dibujando viñetas, ilustraciones, cubiertas de periódicos, revistas y libros. También se reproducen ilustraciones de artistas extranjeros comprometidos con la causa proletaria aunque no sean específicamente militantes libertarios: Meunier, Steinlen, Grandjouan y Frans Masereel, entre otros. De entre los dibujantes españoles de las publicaciones libertarias del siglo XIX destaca José Luís Pellicer, el principal ilustrador de El Condenado, periódico fundado por Tomás González Morago.
En el domicilio del dibujante Pellicer se hicieron las primeras reuniones de militantes libertarios adheridos a la I Internacional en España. Ya en el siglo XX, con la entrada del anarcosindicalismo, los dibujantes estarán afiliados o serán próximos a los sindicatos anarquistas Solidaridad Obrera (1907-1910) y a CNT (Confederación Nacional del Trabajo) desde 1910. Recordemos que la CNT es la principal fuerza obrera, junto a la UGT socialista, durante los años 30 en España. Así pues, desde 1880 a 1930 se gesta la gráfica revolucionaria en las publicaciones anarquistas españolas, que alcanzará su máximo esplendor durante la Guerra Civil.

La pólvora: la prensa anarquista española.
Los dibujantes militantes están presentes en estos periódicos del anarcosindicalismo, más combativos gráficamente que los del siglo XIX, orientados ahora a la viñeta y la lucha social. Entre 1880 y 1913 hay cerca de 200 publicaciones anarquistas diferentes en España. Las publicaciones libertarias de los años 20 y 30 del siglo XX no sólo abordan temas sindicales, políticos y culturales, también introducen en España el debate sobre la laicidad, el pacifismo, el vegetarianismo, el nudismo o la educación sexual, siendo pioneras tanto en la temática como en la presentación gráfica de estos temas, donde sus ilustraciones y cubiertas deben reflejar ese nuevo contenido. Las principales publicaciones anarquistas y anarcosindicalistas son los periódicos Solidaridad Obrera (Barcelona, 1930-1939) y CNT (1932-1939), además de la larga lista de diarios anarquistas y
anarcosindicalistas repartidos por España –Combate, FAI, La Tierra, etc.–; los semanarios –Acción Proletaria, El Combate Sindicalista, Cultura Ferroviaria, Germinal, Rebelión, La Protesta, etc.–, y las revistas –Orto (1932-1934), La revista Blanca (1930-1936), Generación consciente, su sucesora: Estudios (1928-1937), Tiempos Nuevos (Madrid, quincenal, 1934-1938), Tierra y Libertad (1932-1938), Liberación (Semanario, 1935-1936), Mujeres Libres (1936-1938), y Umbral (durante toda la guerra)–. Especialmente importante es Estudios, continuadora de Generación Consciente, tanto en la confección gráfica de la revista como en su línea editorial. Las cubiertas y fotomontajes de los dibujantes Renau y Monleón son su principal reclamo. Recordemos que Renau, comunista, introductor del fotomontaje, y su coloreado en España, colaborará con las publicaciones anarquistas hasta el año 1937. Por su parte, las publicaciones de la FAI (Federación Anarquista Ibérica), más arriesgadas y vanguardistas en su composición, cuentan con modernos ilustradores entre sus colaboradores, que irán practicando una grafica combativa y en ocasiones arriesgada, como es el fotomontaje. Muy significativas son las revistas de la FAI –Tiempos Nuevos, Tierra y Libertad y Umbral–. Asimismo, durante la guerra es llamativa la revista cultural ilustrada Espectáculo, del Sindicato de Industria del Espectáculo (SIE) de la barcelonesa. Otras publicaciones anarquistas en guerra fueron Episodios, FIJL, El Amigo del Pueblo (Los Amigos de Durruti), Castilla Libre, El Frente, Frente Libertario, Fuego, Mas Allá, Columna de Hierro, etc. Así, el enorme esfuerzo cultural del anarquismo español culminará durante la Revolución y la Guerra Civil española en estas publicaciones. Un esfuerzo, no sólo dirigido a la
propaganda de guerra con la voluntad de un cambio social, sino encaminado a una transformación también del arte y la cultura. La explosión: el sindicato de dibujantes. El sindicato, base de la lucha social y del gremio, es el punto de encuentro de los dibujantes. No se trata sólo de las reivindicaciones laborales, se trata de transformar la sociedad, hacer la Revolución, y para ello las imágenes, la propaganda, son fundamentales. El Sindicato de Dibujantes Profesionales (SDP), fue heredero de la Asociación de Cartelistas de Barcelona, que nacería paralela a la República de 1931. En 1933 se formó el SDP con el dibujante Helios Gómez a la cabeza como presidente. Pese a que la mayoría estaban afiliados a la central anarquista CNT, se votó su adhesión al sindicato socialista UGT (Unión General de Trabajadores). Más poderoso que la Unión de Dibujantes Españoles (UDE), de la UGT de Madrid, el SDP de Barcelona era de mayoría cenetísta. No obstante, la UDE tuvo también su importancia durante los años treinta, siendo el principal núcleo de
dibujantes socialistas madrileños. Ya en 1936, iniciada la guerra, y tras los primeros días de julio en que en Barcelona se sofocó el alzamiento militar, el SDP se instaló en el incautado palacio del marqués de Barberá. En aquellos momentos Barcelona era la capital mundial del anarquismo y la Revolución Social y la CNT era dueña de la ciudad. Se constituyó un comité revolucionario del SDP con algunos significados dibujantes de todas las tendencias de izquierda. Aunque sufrió cambios y discusiones que no eran ajenas a otras formaciones políticas durante la guerra, el SDP se militarizó por propia iniciativa y pasó a formar parte de las Milicias Antifascistas de Cataluña cobrando desde ese momento, como cualquier miliciano, dos pesetas diarias. El material de trabajo del SDP se conseguía a través de donativos e incautaciones. Los organismos, como el Comisariado de Propaganda de la Generalitat de Cataluña, y los propios partidos o sindicatos, abastecían al sindicato. Se calcula un número aproximado de 1.800 miembros del SDP, la mayoría del campo publicitario, aunque entre sus filas había caricaturistas, cartelistas, humoristas gráficos e historietistas. Había dibujantes de todas las tendencias políticas de
izquierda. Se realizaron decoraciones de actos públicos y mítines, retratos y pancartas, aunque la cantera fuese el cartelismo.
El SDP también recibía encargos de partidos y sindicatos, y los carteles unitarios –UGT/CNT, etc.– a veces se realizaron por iniciativa de los propios
dibujantes, afectando esto incluso a la variedad tipográfica dentro de un mismo cartel. Otros organismos fueron el Sindicato Único de Profesiones Liberales de Barcelona (CNT) y el Front Únic de Dibuixants de Barcelona (UGT-CNT). La mayoría de los sindicatos de dibujantes antifascistas funcionaron de manera parecida al SDP durante la Guerra Civil española. Cuantificar la producción gráfica anarquista durante la Guerra Civil es tarea difícil. La dispersión actual de los archivos, el volumen de carteles y dibujos desaparecidos, impiden valorar con precisión el número real de carteles, carpetas de dibujos y publicaciones anarquistas entre 1936 y 1939.

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