El dueño de la peletería "Andreassons", (Fredrik Andreasson) tuvo otra visita.
Su casa y algunos de sus muebles que teniaen el jardín fueron pintados, de color rojo, simbolizando la sangre de sus manos. Era la manera perfecta para recordarle que todavía sabemos donde duerme. Antes de marcharnos le dejamos un mensaje:
"Nuestras acciones en contra de usted cesaran el día que deje de vender pieles - ALF "
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