Carta de los presos vascos encarcelados en Ocaña I
Normalmente, toda versión relatada sobre los hechos, vivencias o supuestos problemas que acontecen en el interior de una prisión se transmite a la sociedad bajo el prisma mediático y político de aquel que gestiona el poder. O directamente no se transmite, ya que la cárcel, como la incomunicación, a ambos lados del muro. No son muchas las oportunidades que tenemos para explicar de primera mano aquello que ocurre tras los muros de la prisión.
Mediante estas líneas, de un modo directo, os trasladamos una serie de situaciones que, pese a ser masivamente denunciadas en las calles de nuestro pueblo, continúan siendo moneda de chantaje hacia el independentismo vasco.
Han pasado seis meses desde que el Colectivo de Pres@s Polític@s Vasc@s iniciase una nueva dinámica con un objetivo claro: reclamar el fin de la dispersión, ruleta rusa en la que nuestras familias se ven envueltas semanalmente; el cese de los cacheos y tratos humillantes a nuestros familiares durante las visitas; el fin de la cadena perpetua y la excarcelación, tanto de l@s pres@s con enfermedades incurables como de quienes tienen las ¾ partes de la condena cumplida.
En definitiva, acabar con la política de hostigamiento contra el Colectivo de Pres@s Polític@s Vasc@s; una política que, en los últimos meses, ha sido rediseñada con nuevas medidas: el aislamiento dentro de la prisión con un número máximo de dos pres@ vasc@s en cada módulo (o en aislamiento total) y la prohibición de la realización de actividades (talleres, gimnasio, uso del ordenador…). Una política que, tras varias décadas, y pese al sufrimiento acarreado, no ha conseguido hacer desaparecer una realidad evidente: la existencia de casi 800 pres@s polític@s vasc@s en prisiones de los estados francés y español, a consecuencia de un conflicto político. Un conflicto que tiene una lógica solución: un marco democrático donde todos los
proyectos políticos sean realizables, entre ellos el de la independencia, si así lo decidiera la mayoría de nuestro pueblo.
En este contexto, los diez presos vascos encarcelados en la prisión de Ocaña I (Toledo), junto con los de otras 17 cárceles españolas y 11 francesas, estamos realizando una serie de protestas a lo largo del mes de junio. En nuestro caso, el chapeo en la celda durante dos semanas, o, por ejemplo, no recoger la comida entregada por el Centro. Queremos que esta situación sea conocida, por lo que os animamos a extenderla y denunciarla.
Presos vascos encarcelados en Ocaña I
En Ocaña, junio de 2010.
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