26 mar 2010

Ni Superpuerto, Ni capitalismo verde!

El domingo 21 de marzo, el Grupo contra el TAV de Donostia ha realizado una acción contrainformativa para denunciar, con motivo de la "muestra oceanista" que se celebra en la ciudad, tanto el Superpuerto de Jaizkibel como como el capitalismo verde y la falsa imagen de "sostenibilidad" que nos vende el ayuntamiento de Donostia.

Este es el panfleto que se ha repartido a la gente:

SUPERPORTURIK EZ, KAPITALISMO BERDERIK ERE EZ!

Desde el grupo contra el TAV de Donostia nos unimos a las voces que se están alzando contra el atentado que se pretende llevar a cabo en el litoral con el Superpuerto de Jaizkibel. denunciando la sinrazón de ese macro-proyecto que nos quieren imponer en una zona de máximo valor natural y que solamente beneficia a los intereses capitalistas. Pero además, queremos llamar la atención sobre la hipocresía, el fariseísmo y el oportunismo que vienen tipificando la actitud del ayuntamiento de Donostia con respecto a todos los conflictos socio-ambientales. En realidad, su postura respecto a los destructivos planes proyectados en nuestro entorno es un factor fundamental de complicidad: casos como el Superpuerto de Jaizkibel, el TAV, la permanente ampliación de la red de autovías y autopistas, la ampliación del aeropuerto de Hondarribia, la incidenarora de Zubieta, la urbanización a ultranza... son bastante ilustrativos del modelo insostenible y destructor que promueve. La pretendida pasarela del Monpás no es más que la guinda turística de esa política destructiva.

Por ello, entendemos que la celebración de esta muestra oceanista en Donostia únicamente responde a una línea de marketing destinada a la proyección de una falsa imagen de “sostenibilidad” y a la promoción turística de la ciudad. Es puro exhibicionismo y una maniobra publicitaria relacionada con la candidatura de Donostia a la “capitalidad cultural europea” de 2016, entendida también como una marca de comercialización de la ciudad. Otro ejemplo de esta manipulación lo encontramos en la publicidad de la denominada “Eurociudad Donostia-Baiona” que figura en muchas marquesinas de la ciudad: en ese caso, resulta que la fotografía de una marcha montañera realizada en Jaizkibel por el Club Vasco de Camping, en la que su presidente J.M. Alquezar aparece con el mar a sus espaldas denunciando claramente los impactos del Superpuerto, se utiliza vergonzosamente para promover ese plan metropolitano de la “Eurociudad” que propone en su “Libro Blanco” fundacional un escalofriante plan de infraestructuras y apuesta textualmente por construir en Jaizkibel “un gran puerto exterior a imagen del nuevo puerto de Bilbao”.

Claro está, en Jaizkibel igual que en el proyecto del TAV, el gigantesco naturicidio que padecemos se intenta justificar por el “desarrollo sostenible”. Llegados a este punto, denunciamos el lenguaje ecologista del poder, porque es una forma de calmar, recuperar y corromper en beneficio propio la inquietud de la población frente a la destrucción ambiental. Precisamente, cuando las fuerzas de la economía son cada vez más destructivas, el lenguaje que usa el capitalismo se vuelve ecologista.

Manifestamos pues que el tema del medio ambiente no es más que la punta visible del iceberg: vemos humos y vemos los oceános contaminados, pero tras eso no está el ponerse a fabricas coches eléctricos, ni discutir sobre el nivel tolerable de la destrucción de los mares. Hay que ir a la raíz de los problemas, porque esta es una cuestión de modelo económico, político y social. A fin de cuentas, tenemos que articular necesariamente una crítica radical del capitalismo aunque sólo sea para defender espacios naturales como el litoral de Jaizkibel.

Por todo ello, creemos que solamente una cosa nos es urgente: detener la destrucción y organizar la sociedad en otros cimientos, porque al destruir la Naturaleza se destruye inevitablemente naturaleza humana. Solo desde una radical transformación social y desde la voluntad de vivir de otro modo, apostando por reconstituir la comunidad al margen del orden social dominante enfrentándose a él, es posible detener tanta barbarie. Se avecinan tiempos duros, que lo serán aún más si no actuamos y no promovemos una reflexión.

A ello pretende contribuir nuestra protesta y estamos abiertos a recabar igualmente vuestras opiniones.

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