Jornadas "Lejos del manicomio. Locura, mercancía y dominio en la era del consenso"
Programa
JUEVES 25 DE JUNIO 19.00 h
Lejos del manicomio: los delirios del hipermercado.
Intervención a cargo de Falconetti Peña.
VIERNES 26 DE JUNIO 19.00 h
El TAI (Tratamiento Ambulatorio Involuntario).
La amenaza de la medicación psiquiátrica forzosa en el estado español.
Colectivo de Psiquiatrizadxs en lucha
VIERNES 3 DE JULIO 19.00 h
Cine contraterapéutico:
la noche de los muertos vivientes. (dir, George Romero, 1968).
JUEVES 9 DE JULIO 19.00 h
A Debate: ¿Es posible una ruptura con el orden terapéutico?
Organiza:
Ateneu Llibertari del Casc Antic
C/ Fonollar, 15. Forat de la Vergonya. Karcelona (Metro: L4 Jaume I).
Somos verborreicos. Imaginamos que podemos edificar un nosotros con la terrible ingenuidad de aquellos beatos entusiasmados con la idea del Juicio Final. Desesperados por encontrarnos como centro de algo, como subversivas en algo, como protagonistas, nos transformamos en militantes del histrionismo.
Yo y mi secta política. Yo y mis causas justas. Yo y mis intensas experiencias creativas. Yo y mi turismo solidario. Yo y mi sexualidad emancipada.
Y cuando por fin comprobamos que el Apocalipsis redentor no se desencadenará, pasamos al segundo acto del melodrama onanista:
Yo y mis depresiones existenciales. Yo y mi angustia vital. Yo y mi estrés post traumatico. Yo y mis crisis superpersonales. Yo y mis profundidades inescrutables.
El desenlace de esta representación suelen ser variaciones mediocres sobre el mito del Hijo Pródigo:
Yo y mis nuevas intensas experiencias creativas no militantes. Yo y mi nuevo turismo solidario alternativo. Yo y mi nueva sexualidad por fin emancipada. Yo y mi nueva secta laboral de arribistas sin fronteras. Yo y mis viejas mediocridades.
Bostezante.
El capital no es existencialista. Su guerra es sorda, eficiente, sin la gloria de las grandes hazañas. Sus auténticas víctimas son aquellas que no disponen de un Yo que vender, ni de un Nosotros desde el que levantar otra bandera. Son las piezas defectuosas, anacrónicas, inservibles. Demasiado rígidas, demasiado pasivas. O bien demasiado impacientes, demasiado violentas. Los verdugos aman la discreción.
Para ellas se inventaron los psiquiátricos, y luego los psicofármacos, y últimamente todo ese ejército de especialistas de la buena voluntad dispuestos a ofrecernos un Yo y un Nosotras a precio de saldo.
Frankenstein, mátanos.
http://cascanticllibertari.org/locura-mercancia-y-dominio-en-la-era-del-consenso
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