El viernes pasado por fin se ha decidido la puesta en libertad provisional de cuatro de los últimos seis presos de la revuelta en Grecia. Los cuatro, entre ellos el anarquista Apostolis Kiriakopoulos, tienen que firmar cada dos semanas en la comisaría y tienen prohibida la salida del país. Los actos de solidaridad a favor de los presos de la revuelta no pararon desde diciembre, se llevaron a cabo sabotajes, especialmente en últimas semanas, casi a diario. Los compañeros aún no están fuera, pero tendrán que salir estos días. Aquí reproduzco las traducciones de la carta de Kiriakopoulos y de dos textos de lxs solidarixs.
Carta del anarquista A. Kiriakopoulos desde la prisión de Koridallos
Cinco meses después de los explosivos eventos de diciembre, las detenciones masivas y los procesamientos que tuvieron lugar, seis de nosotros seguimos cautivos en las garras del estado.
Recientemente, la llamada “justicia estatal” y sus servidores decidieron extender mi detención previa al juicio sentenciando que lo que debería importar más es la exterminación de mi persona y de mi actividad “criminal” y la protección de la sociedad. Según su descripción, soy una persona temeraria y fanática. En resumen me caracterizaron como un enemigo de la sociedad. Pero los enemigos de la sociedad son aquellos que tras el asesinato a sangre fría del compañero Alexis Grigoropulos trataron de reprimir el fenómeno social de la insurrección violenta de diciembre con el temerario y masivo uso del gas lacrimógeno hacia el punto de la tortura, el apaleamiento de quienes protestaban y su inmediato encarcelamiento. De cualquier modo, es sabido desde hace años que la policía, especialmente al tratar con manifestaciones anarquistas, desatan la guerra química bajo cualquier pretexto para poder torturar a la gente. A pesar del la brutal represión de la violencia insurreccional de diciembre, ésta continua persistiendo y es prueba de que el fuego que fue encendido no puede ser apagado. Después de todo, el asesinato de Alexis fue la causa y al mismo tiempo el pretexto para la explosión de la rabia social.
Como siempre, un rol especial fue tomado por los medios masivos y los periodistas de poca monta llevaron su propaganda al límite de la vileza. Tras el asesinato de estado de Alexis, reportaron sobre la vasta destrucción en toda Grecia y sobre el hecho de que la policía no detuvo a nadie. Pienso que el hecho de que todos los que estamos encarcelados por la insurrección tengamos los mismos cargos no es coincidencia. La linea del estado fue exactamente la misma para casi todos nosotros.
Dentro de la prisión, el tiempo es el peor enemigo. Especialmente cuando estás bajo custodia esperando juicio, hay una continua incertidumbre, ya que nunca sabes cuándo exactamente te van a soltar. Esta es una situación que definitivamente te desgasta psicológicamente. Este también es efecto del encierro en contra de tu voluntad junto con cuatro personas durante 14 horas diarias en una celda de nueve metros cuadrados diseñada para encerrar a una persona. Se nota especialmente cuando las relaciones de camaradería o incluso de comprensión son raras así como lo son fuera de las rejas. Está claro que siempre hay quienes eligen levantarse en dignidad y lucha.
El encarcelamiento es una guerra psicológica diaria llevada en tu contra por el sistema cuando estas en prisión. Además los carceleros tratan a los prisioneros que toman parte en las luchas (huelgas de hambre, negación de la comida de la cárcel, reclamos del material impreso de la censura) en una manera despectiva y furtiva. Un ejemplo típico es la última vez que los prisioneros se negaron a aceptar la comida de la prisión como protesta por el asesinato de Alexis, la guardia del pabellón entró toda junta con otros carceleros y amenazaron a los presos que estaban participando de la protesta con traslados disciplinarios.
Generalmente, cuando no estas subyugado a su sistema correccional intentan crear un clima de miedo. De todos modos la prisión es como un gran crisol de almas. Si eres un cobarde te quebrará y te hará aún más cobarde, pero si eres duro te hará aún más duro y frío como persona. La celda hace que el preso se ahogue. Afuera, el patio de la prisión es la ilusión de libertad...
Aun a pesar de todo esto nada ha terminado, la lucha continúa.
Son los rebeldes quienes tienen razón,
no los chivatos y aquellos que se inclinan
Apostolis Kiriakopoulos
Módulo A de cárcel Koridallos
El fuego para limpiar el mundo
- 'Un movimiento que no es capaz de apoyar a sus compañeros en prisión está destinado a morir y ello a un alto precio bajo atroz tortura.'
Daniela Carmignani, Solidaridad Revolucionaria
La insurrección de diciembre fue una visible y masiva expresión de la guerra social que se levanta todo el tiempo y que continuará hasta la destrucción de toda dominación.
Miles de personas pelearon en las calles de la necrópolis recuperadas de nuevo. Cientos fueron arrestadas y, con juicios excepcionalmente rápidos, muchas fueron encarceladas. Seis de ellas todavía están en prisión. Porque para aquellos en el poder alguien debe pagar el precio de una negación en práctica mostrada por todxs nosotrxs en contra del decadente mundo. En las primeras dos semanas de junio los restantes prisioneros de diciembre, entre ellos el anarquista A.Kirikaopulos, se encontrarán frente a un grupo de jueces que decidirán si se prolonga su encarcelamiento. Se han convocado días de acciones entre el 12 y el 15 de junio.
La cárcel es una herramienta directa y violenta que el Poder tiene a su disposición para usar en contra de quienes no son capaces o se niegan a seguir sus reglas. Especialmente en momentos de lucha intensificada o revuelta, la cárcel juega el rol de aislar a los “revoltosos” para debilitar nuestro ataque colectivo y engendrar miedo en aquellxs que deseen unirse a la lucha. De esta manera, la cárcel y el sistema judicial son estructuras que apuntan a inhibir la generalización del conflicto social. Por esto, la solidaridad con todos aquellos encarcelados por la insurrección de diciembre es necesaria para la extensión del proyecto revolucionario.
La solidaridad no tendría que ser vista mediante el lente del deber, de la obligación o de la caridad, así como tampoco requiere una relación personal o identificación política absoluta con aquellxs en prisión, sino que es un medio por el cual fortalecer nuestros lazos como colaboradores en una conspiración contra del existente. La solidaridad es nuestra arma mediante la cual atacamos no sólo la cárcel sino todas las estructuras de poder en continuación de la guerra social como un todo. Al mismo tiempo, la solidaridad es una herramienta usada para obtener el resultado inmediato práctico de la liberación de nuestrxs compañerxs en prisión.
Esto es un llamado a lxs compañerxs, donde sea que estén, a empezar una ola de solidaridad que sacuda la columna vertebral de los bastardos en el Poder. Demostremos que el síndrome de Atenas es de hecho una enfermedad contagiosa.
Dentro y fuera de la rejas carcelarias, la perspectiva insurreccional es una condición permanente que no espera a un momento específico, no acepta la caridad sino los ataques directos, en todas partes, siempre.
Hasta la destrucción de todas las cárceles.
LIBERTAD AL COMPAÑERO A.KIRIAKOPOULOS Y A TODOS LOS PRISIONEROS DE DICIEMBRE
SOLIDARIDAD CON LXS PROCESADXS
Por la generalización del conflicto insurreccional
Nada ha terminado: todo continúa
La insurrección es permanente, en todas partes e inevitable. La insurrección no espera a las masas, la vanguardia o el momento.
A pesar de que diciembre vendrá cada año, nada será lo mismo. Es la guerra; los caminos de ceniza dejan el pasado atrás, hacia el total desmantelamiento de este viejo mundo muerto, en contra del cual el ataque se aceleró en los últimos meses, un ataque que nunca terminará; no hay vuelta atrás. Esta guerra no conoce inocencia, mientras vivir en esta realidad nos hace a todxs cazadorxs de vida: lxs que lloran, lxs que duermen, lxs que suspiran, lxs que escupen en su boca, lxs que construyen, lxs que se escapan. Una vez iniciada la revuelta continua en una dinámica de tensión, recuperación y ataque, por muchos, por pocos, en la oscuridad, en la luz; mientras que nuestro tiempo, nuestros cuerpos y nuestra libertad nos sean robados. No hay conteo sobre donde la revuelta empezó o hacia donde irá: lo desconocido, lo abierto, esta en las manos de aquellxs con la eterna juventud, las piedras, la pasión y la gasolina. Todo continúa.
Oliendo el fuego, el estado sacó a cientos de personas de las calles en un miedoso intento de mantener su frágil poder, para debilitar el ataque. Pero la rebelión no puede ser flaqueada, no puede ser ablandada. Mientras que la sociedad carcelaria tenga agarradas a las vidas dentro y fuera, no hay deseo de esperar un 'segundo Diciembre', porque si esperar en las calles lleva mucho, esperar en la prisión lleva una eternidad, mientras el estado, el capital y su dominio encuentran espacios para enraizar en la normalidad de apatía cada vez más. Con una creciente cantidad de medidas de seguridad y vigilancia, ellxs intentan alienar la realidad más y más rápidamente de lxs rebeldes y hablan orgullosos de calles limpias y dulces sueños, de ley y orden.
Pero nada ha terminado, todo continúa.
Mientras el mundo de la autoridad y la explotación construya rutas de diálogo y consenso, habrán agujeros en ellas. Mientras repartan caramelos de dependencia y devoción, esos serán envenenados. Mientras construyan sus altos muros de separación y castigo, esos serán quemados. Mientras que seamos esclavxs nada ha terminado y la insurrección continuará.
6 personas fueron detenidas durante la práctica de la negación en Diciembre, y ahora, 5 meses después, el estado está tratando de usar su libertad como ejemplo para su venganza contra todxs lxs revoltosxs. Ni una llave por parte de los políticos, los jueces, o los guardias será capaz de abrir las puertas que los encierran. Sólo un martillo será capaz de derribarla entera fachada de la prisión. Por eso no haremos ninguna demanda hacia aquellxs en el poder, así como tampoco pondremos ninguna presión en ellxs de hacer “lo correcto”. Simplemente estamos cavando los agujeros en su fortaleza, minando sus torres, hasta que hayamos alcanzado a nuestros amados rebeldes.
ANARQUISTAS
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