Los abortos clandestinos en las poblaciones son con una ramita de perejil. Y las mujeres pobres mueren, quedan enfermas. Y muchas veces acabas en el hospital, y en el hospital te maltratran mucho, porque abortaste y te dicen “¡yegua!”, “¡maldita!, ¿qué hiciste?”, y “¿no te gustó?... ¡Abre las piernas ahora!... Te hacen doler, te gritan, no te anestesian, te maltratan, y te encarcelan....
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