275.000, ese es el número de focas que el Gobierno Canadiense autoriza a que sean cazadas este año. Aunque existen dos formas legales de matarlas, el rifle y el hapakik, lo cierto es que el arma de fuego poco se utiliza porque los agujeros que las balas dejan en la piel del animal hacen que ésta se devalúe a la hora de comercializarla, así que lo habitual es utilizar un instrumento consistente en un palo con un pico de hierro en uno de sus extremos llamado hapakik, con el que según el Artículo 28 del Reglamento de Mamíferos Marinos canadiense emitido bajo la Ley de Pesca de Canadá, “ se deberá golpear a la foca en la frente hasta que el cráneo quede deshecho o aplastado...”. La Embajada de Canadá en España, ante las continuas protestas por la brutalidad de este método, ha emitido un comunicado que puede leerse en su Página Web en el que indica que dicha afirmación es un mito, ya que aseguran que “el hakapik es un arma para matar rápidamente al animal y sin crueldad”, pero la realidad es que según las conclusiones de un Grupo de Veterinarios internacional e independiente, el número de focas a las que se les arranca la piel con capacidad para sentir dolor supera el 40%, una verdad macabra que en cualquier caso, pasa previamente por la necesidad de golpear repetidamente en la cabeza de la foca y no habrá Embajada ni Organismo interesado que pueda negar sin mentir al menos, el tremendo sufrimiento que tal práctica implica....
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