22 dic 2009

Sobre lo ocurrido en el barrio ateniense de Keratsini

Sobre lo ocurrido en el barrio ateniense de Keratsini........

El siguiente texto es el resultado de la traducción y síntesis de varios textos que se repartieron en barrios atenienses después del asalto policial al local Resalto, el desalojo de la ocupación del ayuntamiento de Keratsini y la detención de 64 compañerxs.

1.Asalto policial al local autoorganizado Resalto y secuestro de 22 personas:

El sábado 5 de diciembre por la tarde, el local autoorganizado de solidaridad y ruptura Resalto (que significa "Abordaje") sufrió un violento asalto policial. Dentro de este espacio se encontraban 22 personas, de las cuales unxs participan en las asambleas y actividades del local, desde su apertura en el año 2005, otrxs particiapan en él desde hace menos tiempo, y para lxs demás era la primera, segunda o tercera vez que iban.

A eso de las cinco de la tarde alguien llamó a la puerta. La gente que se encontraba dentro no lo escuchó ya que no llamaron al timbre sino que golpearon la puerta. Un compañero que se encontraba en el baño, que está al lado de la puerta de entrada, lo escuchó y preguntó quién era. Le contestaron "soy Mijalis", cuando abrió la puerta y vio que se trataba de un grupo de personas la mayoría de ellas con los rostros tapados y que portaban pistolas y barras de hierro, cerró la puerta y fue a avisar a lxs demás. En ese primer momento no se sabía si se trataba de policía o de fascistas (ya que en Grecia está habiendo ataques fascistas de diferente índole a locales). Después comenzaron a gritar "Policía, abrid". No explicaron la razón por la que querían entrar ni enseñaron una orden judicial. Rompieron el cristal de la puerta de entrada, cruzaron el pequeño pasillo y rompieron la puerta interior seguidos de policías uniformados. Gritaron "Todos al suelo" mientras apuntaban a la gente con sus pistolas, volcaban bancos y mesas y golpeaban muebles y paredes con sus barras de hierro. No contestaron ni entonces ni nunca a las demandas de lxs compañerxs de que explicaran el porqué de todo aquello. No enseñaron ninguna orden judicial. La "supuesta fiscal" y el "supuesto jefe" de la operación se negaron a enseñar sus acreditaciones y a dar sus nombres. Comunicaron a las personas que allí se encontraban que iban a ser retenidxs y que iban a "registrar" el local. Uno de lxs compañerxs insistió en estar presente durante el "registro" porque no se tenía confianza en lo que los policías podían "encontrar" si lo hacían solos.

A los pocos minutos llegó al local un vecino y ante sus insistentes protestas por lo que estaba sucediendo fue retenido también. Así la policía se llevó a 21 personas secuestradas a la jefatura de policía de Atenas con la excusa de que iban a ser identificadxs, mientras en el local se quedaba otra para estar presente durante el registro. También llevaron a la jefatura de la policía al vecino, al cual tras varias horas de retención le dejaron libre. A lxs retenidxs les confiscaron sus teléfonos móviles y no les permitieron avisar a nadie ni hablar con ningún abogado, no les informaron del resultado del "registro" y tampoco de qué es lo que sucedía con el otro compañero que se había quedado para estar presente durante el registro hasta la mañana del día siguiente. Así, 12 horas después de haber sido retenidxs, les comunicaron que estaban detenidxs y que iban a pasar a disposición judicial, con las acusaciones por parte de la policía de: los delitos de "pertenencia a organización criminal" (acusación que conlleva la aplicación de la ley antiterrorista), de "fabricación de artefactos explosivos" y la falta de "tenencia de armas".

El registro duró hasta la 1:30 de la madrugada (8 horas). Unos 100 policías secretas fueron pasando por el local. Lo pusieron todo patas arriba, revolvieron archivos y cajas de herramientas, vaciaron cajones y estanterías, desmontaron ordenadores y se llevaron discos duros y dvd´s. Sacaron centenares de fotos y filmaron el espacio con tres cámaras de distintos departamentos de policía, vaciaron los cubos de basura y tomaron las huellas dactilares de decenas de objetos (vasos, ceniceros, botellas, mesas...). En la pared del baño del local un policía escribió: "Anarquistas hijos de puta" y firmó con la esvástica.

Lo que la policía "encontró" durante el "registro" del local fue lo siguiente: un bidón medio lleno y otro vacío de petróleo de uso doméstico para las dos estufas de petróleo que se utilizan para calentar el espacio -que no tiene calefacción central-, botellas de cerveza vacías, siete banderas rojinegras, decenas de herramientas que se habían utilizado para las obras de reforma del espacio, cuatro cascos de motos de compañerxs y máscaras (unas de las cuales eran para protegerse del polvo en las obras del local y otras para protegerse de los gases lacrimógenos en las manifestaciones).

Este resultado les puso nerviosos. Mientras hablaban por teléfono se echaban la culpa los unos a los otros y había tensión. El jefe de la "banda" policial que asaltó el local intentaba explicar por teléfono al jefe del departamento de seguridad del Estado (en la jefatura de la policía en Atenas), que a su vez intentaba explicar al ministro de "protección del ciudadano" Mijalis Jrisojoidis (en el centro de operaciones), cuyo nombre no puede dejar de hacernos recordar al nombre de la operación ("Mijalis"), que no habían encontrado nada que pudiera constituir delito.

Sin embargo, el ministro, haciendo gala de su excesivo orgullo, había dado ya a los canales de televisión fotos del "armamento" y de los "materiales de fabricación de explosivos" (herramientas, banderas, máscaras, botellas de cerveza vacías). En las noticias de las 8 el caso se presentó como una intervención preventiva de la policía en una "guarida de preparación de ataques violentos", en un "zulo de anarquistas", mientras éstxs supuestamente se estaban preparando para realizar ataques ese mismo día y al día siguiente durante las manifestaciones del aniversario del asesinato de Alexis Grigoropoulos y la revuelta del pasado diciembre.

Los periodistas llegaron al punto de anunciar en las noticias de las 8 que a los 22 retenidos se les aplicaría la ley antiterrorista por "asociación criminal" y por "fabricación de artefactos explosivos" (sin embargo, a éstxs -como ya hemos dicho- las acusaciones se les comunicaron a las 5 de la madrugada del día siguiente). Así, a las 00:30 de la noche, después de 7 horas de "registro" y sin que obtuvieran ningún resultado satisfactorio con el que poder atar su película, los policías recibieron la orden de confiscar todas las botellas vacías, los bidones de petróleo, determinadas herramientas (de las que eligieron un martillo, una maza, una azada y dos cinceles), las banderas rojinegras y los cascos de moto de lxs compañerxs. Como no había pruebas, unos objetos tuvieron que ser presentados como pruebas delictivas. Como no tenían acusaciones, las tuvieron que fabricar.

Dos días después el ministro declaró ante los medios de comunicación que las operaciones policiales que se habían llevado a cabo aquel día impidieron 100 ataques previstos para aquella noche. Afirmaciones absurdas y guiones de ciencia ficción en su intento de limpiar y tratar de reconstruir la dañada imagen del mismo, de sus cuerpos represivos y de sus mecanismos de información, en un caso que desde el primer momento olía a fiasco y que según fueron pasando los días se fue transformando en un escándalo social.

Asalto policial al Ayutamiento de Keratsini y detención de 42 solidarixs. Gestos solidarios de compañerxs en toda Grecia:

Sábado 5 de diciembre:

Poco después de lo ocurrido en Resalto, compañerxs ocuparon el ayuntamiento de Keratsini para transformarlo en un centro de contrainformación y para convertirlo en punto de lucha y solidaridad en contra del asalto terrorista por parte del Estado a Resalto.

Al poco tiempo, un desorbitado número de fuerzas policiales de todos los tipos (antidisturbios, cuerpos delta y zeta -cuerpos de policía en moto- y cuerpos especiales de la policía), rodearon el ayuntamiento y pidieron a lxs compañerxs que lo estaban ocupando que se entregasen. Su respuesta fue barricar con muebles la puerta, hacer una cadena humana, gritar consignas y leer comunicados desde la megafonía del ayuntamiento exigiendo la retirada de las fuerzas policiales. Al mismo tiempo, vecinxs y miembros del pleno del ayuntamiento hicieron una cadena humana en la entrada para tratar de impedir que las fuerzas represivas entraran. Sin embargo, la orden del jefe de la policía y del ministro era irrevocable: asalto policial, desalojo y detención de todxs lxs que se encontraban dentro.

Estxs 42 detenidxs fueron conducidxs a Petru Rali (centro que se utiliza para retener inmigrantes a espera de ser deportados) probablemente para impedir que entraran en contacto con lxs 22 retenidxs en Resalto, los cuales se encontraban en la jefatura central de Atenas.

Al mismo tiempo que era ocupado el ayuntamiento, decenas de solidarixs se reunieron en una plaza céntrica del barrio y espontáneamente decidieron ir en manifestación gritando consignas hacia el local que estaba tomado por la policía. Algunos secretas que estaban fuera del local -en la entrada de éste- arrojaron piedras y botellas vacías de cerveza a lxs manifestantes para tratar de impedir que se acercasen. Esta fue la gota que colmó el vaso de la rabia de lxs compañerxs, lxs cuales aceleraron el paso hacia los policías, provocando que éstos entrasen corriendo presas del pánico dentro del local cerrando la puerta tras ellos. Tres coches de la policía secreta que estaban fuera del local fueron volcados. Esa misma noche del sábado en las ciudades de Kosani, Yanena, Mitilini y Tesalónica se realizaron manifestaciones en solidaridad con lxs detenidxs en Resalto y en el ayuntamiento de Keratsini, bajo el lema central: "Tolerancia cero al terrorismo del Estado".

Domingo 6 de diciembre:

Por la tarde, fuera de los juzgados de Pireo, donde todxs lxs detenidxs en Keratsisni llegaron para pasar a disposición judicial, se realizó una concentración en solidaridad de la que participaron centenares de personas. Los antidisturbios cargaron con porras y gases lacrimógenos cuando llegaron los autobuses que llevaban a lxs detenidxs (lxs 22 de Resalto y lxs 42 del ayuntamiento). Esta concentración en la puerta de los juzgados se extendió durante muchas horas, hasta que por la noche todxs lxs detenidxs fueron conducidxs al centro de retención de Petru Rali.

Lunes 7 de diciembre:

Al día siguiente por la mañana, ya que continuaba el proceso de instrucción, se volvieron a reunir centenares de personas fuera de los juzgados en una concentración en solidaridad con lxs detenidxs en Keratsini. A mediodía, después de que se terminara la manifestación de estudiantes de universidades e institutos que se estaba realizando en el barrio de Pireo, decenas de alumnxs llegaron a la puerta de los juzgados con una pancarta que ponía: "Libertad para los detenidxs de Keratsini". La concentración duró hasta las 6 de la madrugada del día siguiente.

El fiscal decidió que lxs 42 del ayuntamiento pasarían por juicio rápido al día siguiente (finalmente la fecha del juicio se ha retrasado hasta el 2 de marzo). Los 22 de Resalto declararon ante la jueza de instrucción, la cual finalmente decidió que ningunx entraba en prisión preventiva. Sin embargo decretó para algunxs de lxs compañerxs fianzas (un total de 51.000 €) y/o limitaciones (presentarse en la comisaría dos veces al mes y prohibición de salir del país).

En los siguientes días:

Continuaron sucediéndose las muestras de solidaridad en muchos barrios de Atenas y en otras ciudades del país: concentraciones, puntos de información con megafonía y reparto de octavillas, pancartas, conciertos de solidaridad, comunicados de apoyo y solidaridad de asociaciones y sindicatos de trabajadores del barrio.

De los secuestros al cautiverio y de ahí a ser rehenes del Estado:

Los cargos finalmente son:

Para lxs 22 de Resalto:

Un delito por "preparación de artefactos explosivos" (por las botellas vacías de cerveza y el petróleo de la estufa) y dos faltas: una por "tenencia de armas" (por las herramientas, las banderas y las máscaras) y otra por "asociación de malhechores". Esta última acusación pasó de delito (pertenencia a organización criminal) a falta (asociación de malhechores), por lo que finalmente a lxs detenidxs no se les aplicó la ley antiterrorista.

Para los 42 del ayuntamiento:

Faltas por "romper la paz social", "daños", "resistencia y atentado a la autoridad", y "tenencia y uso de armas" (piedras). Además de la falta de "indisciplina" por haberse negado a facilitar sus datos y huellas dactilares antes de que pasasen en disposición judicial.

A modo de conclusión:

Este caso entra dentro de un proceso represivo más amplio que se viene desarrollando en Grecia durante los últimos dos meses desde el cambio de gobierno y la aplicación de su nueva doctrina de "seguridad" bajo el lema "democracia y mano dura".

Esta política que se viene llevando a cabo desde entonces, se volvió a materializar en los días anteriores al aniversario del asesinato de Alexis Grigoropoulos y de la revuelta que lo sucedió el pasado año. En un intento de aterrorizar a la sociedad y sobre todo a la gente que lucha y lxs jóvenes, la policía efectuó 1.200 "retenciones preventivas" y 130 detenciones de manifestantes en todo el país (siete de ellas se encuentran en prisión preventiva en Tesalónica). La brutalidad policial se materializó en disparos con balas de plástico contra lxs alumnxs en las manifestaciones y en palizas de las que mucha gente resultó herida (sobresale el caso de Angeliki Kutsubú, la cual luchó contra la dictadura y es miembro histórico de un partido trostkista, que fue tan brutalmente golpeada terminando en el hospital en estado crítico).

Sin embargo, el supuesto "consenso social" que el gobierno intenta presentar como un hecho, sólo se ha cumplido a nivel institucional (entre el mismo y los demás partidos, los medios de comunicación, los sindicatos y el capital). Una muestra de esto es que durante el mes de diciembre miles de personas volvieron a salir a las calles enfrentándose al clima de terror que quiere imponer el Poder.

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