El ministro de Trabajo del Partido Socialista (PASOK) que gobierna Grecia desde octubre de este año ha expresado su preocupación por que pudieran resultar en un derramamiento de sangre las medidas necesarias para superar la crisis de deuda que amenaza con echar a Grecia de la Eurozona. “Hay poco que podamos hacer para evitarlo”, añadió, días después de que el primer ministro rechazase su dimisión. La declaración que ha golpeado el mundo político y económico en Grecia como una descarga en medio de la Navidad llega unos días después de que el Partido Comunista (KKE, el tercero en el parlamento) respondiera a la crítica por parte del Ministerio de Trabajo de que controla los sindicatos, durante las marchas de protesta de este mes, declarando que “los trabajadores y granjeros tienen derecho a utilizar cualquier medio de lucha para defender sus derechos”. Un gran paso contrario a la habitual posición de tolerancia del KKE.
La pasada semana la táctica tradicionalmente anarquista de ocupar edificios públicos fue empleada por primera vez por el KKE y la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA). Miembros de este último partido ocuparon un tren que se dirigía a Tesalónica. Este acontecimiento ha enfurecido al gobierno, que ha puesto todo su empeño en la “unidad nacional” para garantizar la implementación pacífica de las medidas de austeridad. El ministro de Trabajo indicó que estas medidas podrían incluir una reducción de las actuales 14 pagas de pensión a sólo 10, un movimiento que seguramente provocará airadas protestas, así como una miseria generalizada. El ministro ha señalado que estas medidas “sólo pueden ser implementadas por medio de la violencia”.
A comienzos de mes el primer ministro griego dijo en el parlamento que la crisis de deuda pública es “la primera crisis de soberanía nacional desde 1974”, es decir, desde la guerra de Chipre y la caída de la Junta de los Coroneles. En medio de rumores en Atenas de que el gobierno no quiere implementar por su cuenta las medidas antipopulares, a pesar de tener la más grande mayoría parlamentaria desde mediados de los ochenta, y que está intentando forjar un gobierno de unidad nacional de emergencia que sería capaz de suspender artículos de la Constitución que protegen el derecho a la reunión pública, manifestación y huelga, el nuevo líder de la oposición conservadora, el ultranacionalista Samaras, ha rechazado públicamente cualquier intención de formar un gobierno de coalición con el PASOK para afrontar la crisis. Otro golpe a la llamada a la unidad nacional se lo han dado un grupo de curas ortodoxos que han formado un “movimiento de lucha de sacerdotes”. Los sacerdotes se han negado a denunciar la lucha armada por ser “un medio para defender las conquistas populares”, y han prometido trabajar en sus iglesias para que “aumente la conciencia de clase”. Es la primera vez que se da esta fisura en la normalmente monolítica Iglesia ortodoxa desde la guerra civil, cuando muchos curas tomaron las armas contra los monarco-fascistas.
Extraído de Libcom
Traducido por Klinamen
27 dic 2009
“Habrá sangre”, avisa el ministro de Trabajo griego cuando la crisis se hace más intensa
El ministro de Trabajo del gobierno socialista en Grecia ha expresado su temor de que haya un derramamiento de sangre por las medidas que se impondrán los tres próximos meses en respuesta a la crisis de deuda del país.
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