Aunque para el lector habitual de DV no sea necesaria la matización previa que voy a realizar, existen en la sociedad burgalesa muchos ciudadanos bien pensantes que sin previo análisis correrán a lanzarme su anatema, cuando no su descalificación. Ni quien firma este articulo de opinión, ni por supuesto DV tienen, o han tenido, relación alguna con el movimiento independentista vasco, ni con ningún otro. Sin embargo el caso del cierre del diario EGUNKARIA es uno de los hechos más significativos del clima represivo desde hace algún tiempo se respira.
Cerrar un medio de comunicación, torturar a sus responsables siempre son hechos deplorables, y siempre serán denunciables desde mi opinión personal a pesar de las diferencias ideológicas o políticas.
EGUNKARIA fue cerrado, según afirman las organizaciones que se presentan como acusación particular, por estar al servicio de ETA. Los procesados en este sumario hablan de que Egunkaria nunca fue un instrumento al servicio de nadie y pretendía convertirse en un medio de comunicación plural redactado en lengua vasca. La Fiscalía ha desestimado presentar acusaciones contra los procesados.
El cierre de un medio de comunicación bajo imposición policial es siempre negativo y de alguna manera deja entrever el carácter totalitario de quien lo ordena.
Modesto Agustí
Colaborador de DV
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