El gobierno presume de sus hazañas en la producción de energía “verde”, pero no existe la energía verde, especialmente cuando se destina a la industria pesada. La producción de energía “verde” es tan destructiva para el medio como cualquier otra forma de producción de energía, solo que sus efectos no son tan evidentes. Los ecosistemas terrestres sufren por acciones humanas y esto debe acabar.
Copenhague está inundada de propaganda sobre soluciones “verdes” y capitalismo “verde”, pero no se ha planeado ningún cambio real, el capitalismo sigue engullendo toda la vida del planeta.
El numerito de Copenhague deja claro que el verde no es el color de la naturaleza, sino que es el camuflaje del capitalismo.
¡Atent@s islandes@s: vuestras fechorías serán castigadas!
(pantanos y geotérmicas para aluminio NO es verde)
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