[Traducido del francés para La Haine por Felisa Sastre] Boicot cultural contra el apartheid israelí
El mes pasado, eminentes universitarios del Comité británico a favor de las universidades palestinas, BRICUP [1] le pidieron insistentemente que no actuase en Israel: “Si usted acabase de soportar tres semanas de bombardeos encarnizados por tierra, mar y aire, sin el menor refugio para esconderse y salvar la vida, con los hospitales desbordados, con todos sus enseres desparramados por la calle y con bombas de fósforo blanco que carbonizan a sus chavales, ¿qué simbolizaría para usted la noticia de que un gran músico canadiense ha decidido actuar para sus verdugos?” Al citar una frase de su célebre poema, Questions à Shomrin, en la que dice: “Mi pueblo va a erigir un nuevo Dachau y lo va a denominar amor, seguridad, cultura judía”, en una carta que le han dirigido recientemente, la mayoría de los activistas israelíes que apoyan el boicot a Israel [2] le han presionado para que no preste su apoyo al “desafío permanente de Israel a la justicia y a la moral”. [3]
Hoy, después de agotar todos los intentos encaminados a convencerle para que ponga en práctica de forma moralmente coherente sus proclamado principios humanistas, y se niegue a amenizar al apartheid israelí y a blanquear sus crímenes todavía recientes, la Campaña palestina para el Boicot Cultural y Académico de Israel (PACBI) invita a todos los partidarios de una paz justa en nuestra región a que no asistan a sus conciertos y dejen de comprar sus CD y a protestar contra sus espectáculos, allí donde tengan lugar. Consideramos que el espectáculo que va a dar en Israel es una forma de complicidad con sus graves violaciones del derecho internacional y con su desprecio por los derechos humanos.
El concierto que tiene previsto en Israel, va a tener lugar apenas unos meses después de su asesina agresión militar contra la ocupada franja de Gaza, que ha causado la muerte de más de 1.440 palestinos, 431 de ellos, niños, y que ha dejado 5.380 heridos. [4] El millón y medio de palestinos de la asediada Gaza, de los que una mayoría abrumadora son refugiados expulsados de sus hogares por las fuerzas sionistas en 1948, han estado sometidos sin tregua, durante tres semanas, al terrorismo del Estado israelí. Tres semanas durante las cuales los aviones de guerra israelíes han tomado como objetivo de forma sistemática zonas civiles, reduciendo a ruinas barrios enteros e infraestructuras civiles esenciales, además de destruir la universidad de Gaza y un gran número de escuelas, algunas administradas por la ONU, donde los civiles habían buscado refugio. Esta criminal agresión se ha producido tras 18 meses de un asedio continuo y paralizante de Gaza, que ha afectado a todos los aspectos de su vida, lo que ha llevado al Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos a describirlo como “un preludio del genocidio”. Organizaciones internacionales de Derechos Humanos y agencias de la ONU, piden hoy una investigación sobre los crímenes de guerra cometidos en la agresión militar israelí contra Gaza.
Desde hace 41 años, el ejército israelí ocupa Cisjordania, incluido Jerusalén Este y la franja de Gaza. A pesar del “proceso de paz”, iniciado hace ya 16 años, Israel viola diariamente, y con total impunidad, los derechos humanos más fundamentales de los palestinos, tal como han demostrado las organizaciones locales e internacionales de Derechos Humanos. Israel ha perpetrado asesinatos extrajudiciales de dirigentes y militantes palestinos; mantiene en sus cárceles a más de 11.000 palestinos, entre ellos muchos miembros del Parlamento, y ha sometido todos los palestinos que sufren la ocupación a humillaciones cotidianas, a la intimidación y a la violencia militar, mientras continúa la construcción de su Muro colonial, declarado ilegal por el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya en 2004.
Usted alega que su espectáculo en Israel tendrá, de alguna manera, un efecto curativo, pero su mensaje no podría haber sido peor dirigido: quienes tienen más necesidad de curación y de solidaridad son los palestinos, víctimas del apartheid israelí y de su dominación colonial, que luchan para acabar con la opresión y la injusticia, y para conseguir una paz justa. Al violar el boicot palestino contra Israel, hace que resurja el vergonzoso recuerdo de artistas que violaron el boicot contra el apartheid sudafricano y persistieron en actuar en Sun City1, provocando la condena y la repulsa de todas las personas honradas del mundo.
Ya en 1984, Enuga S. Reddy, director del Centro de Naciones Unidas contra el apartheid, respondía así a las críticas según las cuales el boicot cultural a Sudáfrica iba en contra de la libertad de expresión [5]:
“Cuando menos resulta extraño que el gobierno sudafricano, que niega todas las libertades a la mayoría africana..., se convierta en el defensor de la libertad de los artistas y deportistas del mundo. Tenemos una lista de personas que han actuado en Sudáfrica por desconocimiento de la situación, o por afán de lucro o por indiferencia ante el racismo. Es necesario persuadirles para que no sirvan de diversión al apartheid, para que dejen de beneficiarse del dinero del apartheid y para que dejen de servir a la propaganda del régimen del apartheid.”
Llevar la diversión a un régimen de apartheid, cualquiera que sea, es moralmente condenable. Ningún humanista verdadero lo pondrá en duda.
Notas
[2] Véase, the Palestinian Call for Academic and Cultural Boycott of Israel at: http://www.pacbi.org/campaign_statement.htm and the call by Palestinian filmmakers and cultural figures for a cultural boycott at: http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=315
[3] http://www.haaretz.com/hasen/spages/1084665.html
[4] http://www.ochaopt.org/gazacrisis/index.php?section=3
[5] http://www.anc.org.za/un/reddy/cultural_boycott.html
Campaña palestina para el boicot universitario y cultural de Israel (PACBI)
Ramala, Palestina ocupada, 16 de mayo de 2009.
http://www.mondialisation.ca:80/index.php?context=va&aid=13655, 16 de mayo de 2009
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