En esta primera entrega de sus memorias, Jann-Marc Rouillan nos acerca a los años del final de su adolescencia en Toulouse: los primeros amigos, los primeros compañeros, las primeras acciones militantes, pero también la vida en comuna, la contracultura, los primeros amores y, sobre todo, los deseos de vivir intensamente todas las facetas de la vida.
- Desde Mayo del 68, como si no hubiésemos oído la campana que anunciaba el final del recreo, continuamos en perpetuo estado de insurrección. Nuestra revolución vibraba con esa rebelión sin reservas. Tanto en invierno como en verano, nosotros nos calentábamos con combustibles de primavera y adoquines. Y nuestras sediciones nos parecían eternas, en el acoso sin piedad a la claudicación y al tedio. Ni interpretación ni maquillaje. Éramos sinceros hasta las últimas consecuencias de nuestros sueños incendiarios.
En esta primera entrega de sus memorias, Jann-Marc Rouillan nos acerca a los años del final de su adolescencia en Toulouse: los primeros amigos, los primeros compañeros, las primeras acciones militantes, pero también la vida en comuna, la contracultura, los primeros amores y, sobre todo, los deseos de vivir intensamente todas las facetas de la vida.
En De memoria (I) cobra vida una ciudad en la que el peso de la historia reciente se deja sentir aún con especial fuerza. La importante comunidad de refugiados españoles, el ocultamiento del papel de Francia en la Guerra Civil y durante la ocupación nazi, las atrocidades cometidas por el Ejército francés en la guerra de Argelia y otras guerras coloniales, la guerra del Vietnam, la agitación que precede y culmina en Mayo del 68 y el Proceso de Burgos son factores determinantes en la toma de conciencia del autor y sus compañeros.
El proceso de politización de Jann-Marc, que le llevará a seguir el camino de la lucha armada, está profundamente asociado a su rechazo de la historia edulcorada oficial de la Patria de los Derechos Humanos, su admiración por los obreros y obreras que en España intentaron hacer realidad la utopía en 1936, y el desengaño respecto a los aprendices de político que, pasados los calores de Mayo y tras recargados discursos ultrarradicales, anunciaban ya su impotencia y entreguismo. No es de sorprender que fuese la dictadura franquista el primero de los objetivos de su deriva guerrillera.
Jann-Marc Rouillan (Auch, 1952) participó en la constitución del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL) así como en la de los Grupos de Acción Revolucionaria Internacionalista (GARI), actividad por la que sufrió varios procesos y encarcelamiento en Francia, y por la que estuvo perseguido en el Estado español hasta ser amnistiado en marzo de 1977. Participó, asimismo, en la creación del grupo armado Action Directe en 1979, militancia que le costaría el encarcelamiento en 1980 para ser amnistiado en 1981. En febrero de 1987 vuelve a ser detenido acusado de haber participado en varios atentados y asesinatos, siendo condenado a varias cadenas perpetuas. Tras más de veinte años en prisión, once de ellos en cárceles de alta seguridad, sale el 6 de diciembre de 2007 de la cárcel, en régimen de tercer grado, régimen que le es retirado tras una entrevista concedida al diario L’Express, perdiendo de esta manera la posibilidad de acceder a la libertad condicional. Rouillan es autor de varios libros de memoria carcelaria y novelas. En castellano se han publicado Odio las mañanas (Llaüt) y Paul de Épinettes o la mixomatosis panóptica (Pepitas de calabaza).
De Memoria (I). Los comienzos: otoño de 1970 en Toulouse
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