5 jul 2009

[Galicia] Sobre la huelga del Metal de Pontevedra

Semanario "La Campana"

Un trabajador del metal de Vigo ha dicho: "Es un conflicto de un sector, el del metal de Pontevedra, que, a nivel del Estado, es un espejo de muchos convenios y de muchas empresas y colectivos de trabajadores que se reflejan en él. Y creo que ya más que un conflicto propio del convenio, está la intención de la patronal en querer anularnos como colectivo para que ese espejo se rompa en trozos tan pequeñitos tan pequeñitos, que, de alguna manera, nadie se refleje en él".

Las veinte jornadas de movilización llevadas a cabo hasta hoy por miles de trabajadores, todas ellas decididas y asumidas en asambleas abiertas, ofrecen testimonio incuestionable de que ya no se trata de una huelga sectorial más, de un plante por el convenio más, sino de una lucha y resistencia que van mucho más allá de las primeras reivindicaciones que están en su origen.

Un mes de manifestaciones y paros

Este lunes 29 de junio, la gran mayoría de trabajadores del metal de la provincia de Pontevedra habremos cumplido nuestro decimonoveno día de movilizaciones continuas, por más que el primer paro en Vigo de los trabajadores del naval para presionar por la firma del convenio haya tenido lugar el 29 de abril. Este mismo día 29, comenzará por la mañana una marcha a pie desde Vigo y Pontevedra hasta Santiago, que culminará el martes con una concentración ante las puertas de la Xunta de Galicia en San Caetano. Por otra parte, la huelga indefinida continuará como mínimo hasta el miércoles y así permanecerá hasta que la patronal atienda las reivindicaciones planteadas.

El coro mediático

Todos los medios de comunicación provinciales y de ámbito gallego, tanto de la prensa escrita como la audiovisual, insisten en que ya son demasiados días de protestas y agitación obrera. Según ellos, los
trabajadores (y los sindicatos que participan de la movilización) incurren en una "enorme irresponsabilidad, que pone en peligro cierto de ruina a todo el sector empresarial metalúrgico, verdadera columna vertebral de la actividad económica industrial de la provincia, especialmente en Vigo".

Por supuesto, a esos mismos medios, no les parece que sean demasiados días, los años de chantaje empresarial a los trabajadores. Tampoco les parecen demasiados días, los 365 del año pasado durante los cuales los empresarios biocotearon el convenio vigente y, en muchos casos, llegaron a ignorarlo, dejándolo sin efecto en la práctica. Esto trajo consigo que muchas empresas no pagaran a los trabajadores el salario que correspondía, que abusaran en las jornadas y el ritmo de trabajo, que dejaran en papel mojado la Agencia de Bolsa de Empleo. En fin, a los medios de comunicación -¡tan solícitos y serviciales con la patronal que les financia y protege!- no les parece que la incesante explotación a la que están sometidos los trabajadores del metal y de todos los demás sectores de la provincia, sea tan pesada de sufrir como una movilización obrera contra tanto injusticia acumulada.

La negociación del Convenio

Sin embargo, la huelga tiene su origen inmediato en la negociación del nuevo convenio provincial del sector del metal, una vez excluidas las grandes empresas, que tienen convenio propio. Mientras los trabajadores plantean un convenio de transición en 2009 de duración corta (inicialmente de un año), renegociable en 2010, la patronal pretende un convenio largo desde ahora, de tres años de duración, con congelación salarial (que no se sobrepase el 1% según la circular de la CEOE) y sin tocar el cómputo de la jornada anual.

Por la patronal se integraron en la mesa de negociación 5 asociaciones empresariales: Asime, Atra, Foncalor, Instalectra y Feca. Las cinco patronales nombraron para esta ocasión un único portavoz, lo que les permite ofrecer una imagen de inflexible unidad que, sin embargo, todo apunta a que están muy lejos de conseguir. Por los trabajadores se sientan en la mesa de negociación las tres centrales con representación mayoritaria en las elecciones sindicales, CIG, UGT y CC.OO, pero no las minoritarias como CUT o CGT, lejos del 10% de delegados y miembros de comités de empresa necesarios. Estas dos últimas apoyan los paros habidos, participan en las asambleas locales y sus militantes secundan todas las movilizaciones sindicales.

Las cuestiones reivindicativas básicas que enmarcan el enfrentamiento son tres: Duración del convenio, aumento salarial y Agencia de Bolsa de Empleo. Y como telón de fondo, la precarización absoluta del empleo, los abusos laborales de las contratas -los astilleros subcontratan más del 80% de la mano de obra- y las brutales diferencias de salarios, de hasta 400 o 500 euros al mes, que se dan entre trabajadores que desarrollan el mismo trabajo, según estén en una u otra empresa, en una principal o en una auxiliar. Con todo, ahora mismo, el principal escollo se refiere al aumento salarial, pues ya los sindicatos negociadores renunciaron a su exigencia de un año de duración y respecto de la Agencia de Bolsa de Empleo los empresarios parece que aceptarían la exigencia de que en las empresas afectadas por el convenio estén obligadas a que sus trabajadores se inscriban en la Agencia. Esta última reivindicación resulta fundamental para conseguir que todos los trabajadores de cualquier empresa del metal de la provincia, sean nacionales o inmigrantes, originarios de aquí o de allí, cobren lo que marque el convenio.

Pero si estas cuestiones representan la causa inmediata del conflicto, como antes decíamos, sus raíces son mucho más hondas y graves.

Las crisis económicas como excusa

En primer lugar, los trabajadores del metal de Pontevedra se están negando a ser los paganos de la llamada crisis económica actual. "Hasta aquí hemos llegado". Desde la década de los 70, las sucesivas "crisis económicas" vienen siendo utilizados por los gobiernos y la patronal como excusas para imponer condiciones salariales y laborales cada vez más insufribles. De la mano de esas ?crisis?, justificándose en ellas, vinieron las sucesivas Reformas laborales, la privatización de las empresas públicas, la precariedad laboral, los contratos basura, la pérdida de derechos laborales cada vez más acusada, las congelaciones salariales y la merma de poder adquisitivo de los trabajadores, la impunidad sobre despidos individuales y colectivos injustificados e injustificables, etc, etc.

También ahora patronal y gobierno se han puesto de acuerdo. (¡Cómo no, si son lo mismo!). Según ellos, la "salida" a la crisis, pasa por más dinero público a los empresarios -hasta el saqueo definitivo de las arcas públicas- y menos derechos para los trabajadores, hasta el momento en que ya no puedan levantar cabeza. Pues bien, los trabajadores del metal de la provincia de Pontevedra, dicen ¡NO!. Afirman que la CEOE se meta donde le quepa la directiva que envió a todos sus empresas afiliadas de "no transigir en aumentos salariales por encima del 1% en la negociación colectiva", y también que el anuncio de la nueva Reforma Laboral y los intentos de dividir a los trabajadores en función de circunstancias particulares se estrellen contra el control por los trabajadores de los convenios pactados.

Del ridículo a la connivencia

No podemos pasar por alto el papel de la Xunta de Galicia en el conflicto. Empezaron desentendiéndose del mismo. Después, ante la exigencia de los medios de comunicación de parar el conflicto, proponen "mediadores" de segundo nivel. Ante la persistencia de la movilización de los trabajadores, la intransigencia de la patronal y la inutilidad de los "mediadores", la Xunta eleva el nivel de sus representantes "mediadores", implicando a la propia Conselleira de Traballo. Esta se descuelga con una
propuesta que es inaceptable para los trabajadores, pues representa ni más ni menos que los intereses de la patronal (congelación salarial efectiva, convenio a tres años y dejar aparte el control de la Agencia de Bolsa de Empleo). Como remate el Presidente de la Xunta anuncia un Canal de subvenciones para las empresas, una vez que acabe la huelga. Parece ser que, para este personajillo, las Empresas están sufriendo mucho, los trabajadores no.

La tradición asamblearia

Hay una tercera cuestión no menos importante que la primera. Hablamos del tipo de sindicalismo que se está practicando. Si bien la negociación y la movilización del metal la están llevando a cabo los tres sindicatos mayoritarios -CIG, UGT y CC.OO- lo cierto es que, hasta el momento, aunque sea a regañadientes y obstaculizandola en lo posible, respetan la tradición asamblearia, horizontal y abierta de los trabajadores vigueses. Mientras este respeto se mantenga el éxito de las movilizaciones estará
asegurado y el triunfo en la negociación del convenio más cerca.

Colectivo "Justo Fierro"

1 comentario:

  1. Le doy mi enorabuena al autor de este escrito que plasma de forma objetiva la crisis del convenio del metal de Pontevedra incluyendo lo omitido en los medios de comunicación

    ResponderEliminar